Este señor de la foto con pañuelo en la cabeza y gafas oscuras es Ximo, uno de mis buenos amigos. De todos ellos es al que hace más tiempo que conozco. Nuestras vidas se cruzaron, hace ya mucho tiempo, en el colegio Obispo Climent de Castellón, cuando cursábamos 5º ó 6º de EGB, ahora no lo recuerdo con exactitud.
Ximo, como todo el mundo, tiene sus defectos y virtudes. Entre estas últimas hay una que yo destacaría: es un tipo al que le gusta cultivar sus amistades, cuidarlas, mimarlas... el problema es que él espera de los demás un comportamiento parecido y claro, de vez en cuando, surgen pequeños conflictos. Es un tema del que hemos discutido en más de una ocasión y en el que no nos ponemos de acuerdo. Uno puede parecer un tipo bastante despreocupado por los amigos y puede que sea cierto. Despúes vienen las lamentaciones de aislamiento y soledad. Reconozco que no me gusta nada llamar por teléfono, prefiero quedar a tomar un café y charlar, algo cada vez más complicado e imposible en el caso de los amigos ausentes como él, que vive en Menorca. Ya no hay pandilla, prácticamente no quedamos y nos vemos en muy contadas ocasiones, es una realidad que puedes aceptar o no.
De todas maneras, no quisiera ponerme aquí a filosofar, tiempo habrá. Sólo quería dedicarle esta entrada del blog a Ximo por ser la primera persona que se ha molestado en colgar un comentario en uno de los post, algo que le agradezco sinceramente. Así que, desde aquí, saludos a Ximo y besos a Inma. Moltes gràcies Ximo.
